Las horas se estiran, el universo da más de sí. El tiempo se dilata y se sostiene en el aire como una burbuja. Estás obligado a observarlo, analizarlo, a ver cómo fluye, cómo baila, cómo dibuja círculos en tu memoria resignada, vacía. El infinito a tus pies. Tu rostro demacrado en el espejo del baño, cada madrugada. Contemplas esos ojos que no miran. Detrás del iris, el abismo. Los párpados resecos, apergaminados, la piel agrietada en los labios y el paladar arenoso, como de desierto. Dando vueltas en el colchón, cumpliendo la peor condena. El cansancio incontable, la derrota. Gotea el grifo, cruje el suelo, el armarito del lavabo chirría. No quedan pastillas en el bote.
Te asomas a la ventana. Un cuadro abstracto oscuro con puntos brillantes. Formas geométricas escindidas de su significado. Edificios, azoteas, terrazas, calles, coches, farolas. Serpientes nocturnas reptando por los escalextric y desapareciendo en los túneles. Se apagan las oficinas. La ciudad desplegada, una sinfonía de luces y colores sin sentido. Fuegos de artificio por doquier. Todos fotografiándose, inmortalizando sus muecas de angustia, de odio, de pena. Todos van hacia algún lado. Nadie sabe adónde ir. Los árboles han muerto.
La pantalla parpadeando, el colacao con galletas, la barrita de cereales. Pasan las tramas, los paisajes enlatados, los mapas meteorológicos, las prostitutas más decadentes, los anuncios de la teletienda. Un libro que se cierra con la misma presteza con que se abre. No hay calma ni nervios. No hay resquicio para la concentración. Demasiado tiempo para el pensamiento: un pensamiento empachado de sí mismo, abotargado, enmohecido en la nada. La cabeza flotando en el aire, llena de vacío, inflada como un globo. No cabe más. Duermen los objetos, protestan las cañerías, la nevera sostiene su ronquido. Los perros se han suicidado.
El insomnio es el Aleph.
31/12/08
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5 comentarios:
Una Polaroid poética, digamos. Demasiado poética; sólo verla me da repelús.
Espero que me lo perdonéis.
Feliz Año.
Tuve insomnio una temporada. No habría podido describirlo mejor. Muchas gracias por tu poética Polaroid. Feliz año nuevo a todos.
Vaya, qué buenas historias me aguardaban. Esta y la del muñeco (con comentario incluido, magnífico) son realmente buenas. Estoy con Luisa en que es una estupenda manera de describirlo. El insomnio enfría la retórica. Es agudo, intenso, implacable. El insomnio mira, constata, despoja.
Gracias, Luisa, Antonio.
Mejor trasvaso la última truculencia a mi Cajón Desastre de la Risa Absoluta.
Por aquí seguiré con las polaroids...
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