11/9/07

El héroe y la tormenta

Lo que sigue es un texto de Anton Chejov sacado de la introducción del traductor de Mi vida. Relato de un hombre de provincias (Alianza Editorial, 2003), que no entiendo bien de dónde lo ha sacado (no parece una carta de Chejov, sino lo que le dijo a alguien).
Salvo la moraleja final (tipo "literato salvador-de-la-humanidad", que pongo en cursiva), estoy bastante de acuerdo con lo que dice. No sé, podría servir de base para una discusión generacional:
---
"El arte tiene de especial y de bueno que en él no se puede mentir. [...] A menudo me echan en cara (hasta Tolstoi me lo ha dicho) que escribo sobre bobadas, que no tengo héroes positivos, revolucionarios, Alejandros de Macedonia o siquiera, como en las obras de Leskov, un guardia honesto [...] Pero ¿dónde encontrarlos? Me encantaría. Pero ¿dónde están? Nuestra vida provinciana, las ciudades sin pavimentar, los pueblos, sumidos en la pobreza, la gente hecha trizas [...] Todos cuando somos jóvenes piamos felices como gorriones en el estiércol, pero cuando tenemos cuarenta ya somos viejos y empezamos a pensar en la muerte [...] ¿Nosotros, unos héroes?
Dice usted que ha llorado con mis obras [...] No es para eso que las he escrito. Lo he hecho para decir a la gente sólo una cosa: "Miraos bien y fijaos en la vida inútil y triste que lleváis". Lo más importante es que la gente se dé cuenta de esto. Y cuando lo entiendan seguro que construirán otra vida, una vida mejor [...] Yo no lo veré, pero lo sé, será una vida completamente nueva. ¿Y los que no ya lo han entendido? Bien, estos encontrarán el camino sin mí...
Bueno vámonos a dormir, se acerca una tormenta."
----
Aunque empieza muy mal, para mi gusto (hablando del ARTE, cosa que odio), termina estupendamente su alocución: VÁMONOS A DORMIR, SE ACERCA UNA TORMENTA. Pues eso.

5 comentarios:

Mabalot dijo...

Chejov no podía pensar que escribía para que la gente se diese cuenta de su desgracia y después todos acabasen alcoholizados o suicidándose. Tampoco comparte esa supuesta función salvadora del arte, y menos socialmente. Si acaso consuela de ciertas miserias, a cada uno,pero si uno está acostumbrado a ellas, que si no... tampoco sirve de mucho.

Es un fragmento muy interesante.

Mabalot dijo...

quiero decir, "tampoco comparto"; él sí.

Anónimo dijo...

No llevo demasiado bien eso del fatalismo en la literatura, aunque los rusos hayan tenido motivos para dejarse arrastrar por esa visión que tenían (y tienen) de su mundo, por eso tengo sobre mi mesilla de noche una selección de cuentos de Chèjov que me cuesta terminar. Me gusta su finura literaria, pero no acabo de asimilar aquello de lo que hablo al principio. En cualquier caso, coincido contigo en que párrafo es bueno, pero mejor la despedida, en efecto. Es como decir: ahí os dejo esa pava, colegas. Exquisitamente irónico. Gracias por tu visita y por tu comentario. Espero que volvamos a vernos virtualmente. Tu blog es bueno, pero tu forma de expresarte es mejor todavía. Saludos.

conde-duque dijo...

Gracias, Nigramundo, en lo -poco o nada- que me toca.
Supongo que han sido Mabalot o Castellote los que te habrán visitado, pero en este caso me conviene también darme por aludido. Somos Unos y Trinos, como la Santísima Trinidad.
Lo dicho. Gracias. Espero que vuelvas.

Cerillo dijo...

Hay quien dice que en el arte todo es mentira, mentira de la buena pero mentira.