"Alguna vez me contaron en la casa familiar, en Sevilla, cómo durante la fiesta que siguió a mi bautizo, al arrojar mi padre desde un balcón al patio lo que allí llamaban 'pelón', mis primos y primas, que eran numerosos, se arrojaron sobre el montón de monedas, mientras mi hermana Ana, segunda hermana mía, se quedaba en un rincón, mirando el espectáculo y sin participar en él. Al preguntarle alguno por qué no entraba ella también en la refriega, respondió: 'estoy esperando a que acaben'. En su respuesta veo no tanto la tontería inocente como la muestra de cierta cualidad insobornable, rasgo característico del temperamento familiar, que también existe en mí. Así, frente a la turbamulta que se precipita a recoger los dones del mundo, ventajas, fortuna, posición, me quedé siempre a un lado, no para esperar, como decía mi hermana, a que acabaran, porque sé que nunca acaban o, si acaban, que nada dejan, sino por respeto a la dignidad del hombre y por necesidad de mantenerla".
Historial de un libro, Luis Cernuda
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Es el final de este libro de Cernuda que compré un día después de leer el pasaje, felizmente espigado, siguiendo un foro por el que en días de asueto me dejo caer. Había allí una sangrienta turbamulta entre nicks (unos agraviados por la entrada principal, otros satisfechos por la humillación), y cuando se le preguntó a uno de los grandes enemigos de los agraviados por qué no iba a él a degüello en aquella ocasión, que tan fácil se lo habían puesto, contestó magnífico: "Hoy es uno de esos días en los que uno tiene que tener cierta grandeza". Me maravilló, porque yo tampoco me encuentro cómodo con el viento a favor, especialmente si de lo que se trata es de usar el cuchillo. La frase, por lo demás, inspiró a otro, que copió el texto que ahora cito.
10 comentarios:
¡¡¡Óle!!!
Pues ya te has bautizado en el Círculo...
Entiendo perfectamente lo que dice Cernuda en este texto. Lo malo es que esa dignidad de la que habla no es muy habitual. Por eso la mayoría se lanza a la lucha y tacharán incluso la actitud del digno como muestra de soberbia. "Es que él es muy digno", dirán peyorativamente.
Así son las cosas.
A ver si le damos más vidilla al Círculo, como dijo Mabalot (y a continuación uno, que es muy obediente, se puso a retorcerle las orejas a Vila-Matas).
Acabo de releer las primeras entradas de este proyecto morcilla y me he quedado alucinado con los debates que tuvimos entonces, con aquellos geniales comentaristas que ya son sólo "humo, ceniza, nada" (en este blog): Martín, Azófar, Erasmo, Portorosa...
Algo que empezó tan bien (diciendo tantas cosas interesantes) no puede desfallecer. Lo que hace falta es renovar las ganas y poner un mínimo de esfuerzo, creo yo, sin remilgos ni tacañerías. Porque lo cntrario sería una pena.
Gracias Luisa, por ese óle tan entusiasta. Leído otra vez, quizás debí meter mis explicaciones o bien en los comentarios o bien antes del texto de Cernuda, que es una maravilla. Acabar un libro así debe de ser mejor que un orgasmo: "Así, frente a la turbamulta que se precipita a recoger los dones del mundo, ventajas, fortuna, posición, me quedé siempre a un lado, no para esperar, como decía mi hermana, a que acabaran, porque sé que nunca acaban o, si acaban, que nada dejan, sino por respeto a la dignidad del hombre y por necesidad de mantenerla".
Tienes razón, Conde. Pero tanto tiene el rumor del río. Incluso a veces estimula. Una compañera de trabajo me ha reprochado históricamente algo que yo repito con temeridad, sin que hasta ahora la desgracia me haya golpeado con dureza: "La vida está chupada". Que no lo está, lo sé: soy una persona con cierta suerte, pero el telèfono puede sonar para cualquiera.
Luego está el mantener unas ciertas normas, una cierta conducta que a uno le permita pasar con dignidad por aquí, para la mierda de años que nos va a tocar estar. Eso incluye la educación, claro, y también el ser consecuente con un modo de ser sin que nadie o nada lo perturbe, a pesar de lo extraño que a algunos ojos pueda parecer. Quiero decir que yo muchas veces me hubiera tirado al suelo a por el pelón, y lo hubiera hecho sin remordimientos y sin vergüenza, y si en esas ocasiones me quedara de pie tan dignamente lo haría precisamente por eso: para aparentar lo que no soy. Y uno de los milagros de esta súbita madurez, tras el peaje del caos y las temperaturas extremas de la juventud, es descubrir que yo ya no me tiro a ningún suelo, y no lo hago porque sencillamente no me sale. He adquirido, y disculpen el arrebato tan modesto, una "cierta grandeza" que me ha traído también algo de soberbia, quizás necesaria para mi inseguridad. De repente no busco más que calor, cuando antes reclamaba alimento para mi vanidad, ya fuera en forma de dinero o de furiosos modelos de conducta sexual irreprochable (que los hubo, dicho sea de paso).
Conde, ya volverán las oscuras golondrinas. Con que estemos aquí unos cuantos, hablando cuando haya algo de lo que hablar, bebiendo cuando haya algo de lo que beber y escuchando buena música, ya nos llega.
Con Manuel por aquí ya estamos los que son...
Me uno al recordatorio de Conde; vidilla, propuestas concretas... DESENTERRAMIENTOS.
Propongo desenterrar a algunos muertos, de esos que apenas ni visita la viuda, quizá porque no tuvieron señora, o señor, vascos y vascas, queridos y queridas. Propongo alguna investigación pequeñita, algún libro bonito (superbonito) y olvidado, español o no. Libros, películas, pintura, fotos... música.
Digamos que esta propuesta, que ya es un poco lo que hacíamos pero de forma menos consciente o solo enfocada en Solana, es la forma de hacer un poco un canon o listado de maravillas literarias o artísticas no demasiado conocidas (o sí, reivindicar algunos modelos).
Será algo así como decirnos; fijémonos en esto, vale la pena.
Y, por supuesta, libertad total. Ya sé que no hace falta decirlo, por eso lo digo. El que no arriesga es una cagón. Si esto es un campo de minas, que lo sea. Y si hay que darle caña a Vila-Matas se le da, aunque la indiferencia es el mejor desprecio, el más doloroso.
Visto el buen olfato de los presentes, olfato literario, veo también alguna posibilidad interesante en convertir algunas entradas en algo así como un taller de escritura; uno saca algo del disco duro (no muy largo) y los demás lo ponemos a parir, a ser posible. Todo subjetivo, claro, pero de la crítica concreta se aprende un huevo. Gustos aparte, claro, para brindar con champán todo el tiempo ya están las navidades.
Aunque si hay que hacerlo, hágase la luz y lo que haga falta.
Qué rollo. Chau.
Una cagón, no, un cagón, quería decir.
"Propongo desenterrar a algunos muertos, de esos que apenas ni visita la viuda, quizá porque no tuvieron señora, o señor, vascos y vascas, queridos y queridas. Propongo alguna investigación pequeñita, algún libro bonito (superbonito) y olvidado, español o no. Libros, películas, pintura, fotos... música".
Aquí hay cosas interesantes. Pero no se trata de emigrar, ojo. Sino de sacar ideas, o de tocar alguno de los autores que por allí se avistan.
labibliotecafantasma.blogspot.com/
PUES SÍ, TIENE MUY BUENA PINTA.
Con tiempo le echo un vistazo más detenido. Vi algo de Edgar Neville...
Me refiero en todo caso a algo más de uso privado, por decirlo de alguna manera. No hace falta bordar unos artículos de la leche, sino proponer cuestiones y autores y lo que se quiera.
Por ejemplo, a Julio Camba hay que ponerlo en el lateral, una foto. Y algún otro que se echa en falta.
Mientras no me quitéis a mi Kate Moss, podéis poner a todos los feos que queráis.
Voy a intentar escribir algo de Rossellini, aunque tardaré unos días porque estoy hasta arriba de trabajo (arreglándoles a otros sus mierdas de libros).
Pues sí, ya estamos los que son. Además, las cenas generacionales siempren terminan dando sus frutos. ¡Más desenterramientos y tertulias!
Bienvenido, M. No tengo ninguna duda de que esto se va a animar, y mucho, porque ganas no faltan...
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