Mostrando entradas con la etiqueta Pau Casals. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Pau Casals. Mostrar todas las entradas

21/1/08

Casals

"Barcelona, año 1890. Un joven estudiante de violoncelo, de trece años, merodea en compañía de su padre por viejas tiendas de música en busca de partituras. Tras no encontrar nada que le entusiasme, el azar quiere que dé con un legajo polvoriento que permanece olvidado en el anaquel de una de esas tiendas. Contiene: Seis Suites para Violoncelo Solo, de Johann Sebastian Bach. El muchacho mira las partituras sorprendido; no sabía de la existencia de tales obras. Su maestro no le ha hablado de ellas, quizás tampoco las conozca; a nadie jamás ha oído nombrarlas... Su padre paga una modesta suma por ellas y los dos salen de la tienda. El joven estudiante está contento por su hallazgo, pero aún no sabe que esa música dormida que lleva bajo el brazo habrá de cambiarle la existencia.

Efectivamente, fue ese niño, llamado Pau Casals, que con el tiempo habría de convertirse en uno de los violoncelistas más virtuosos de la historia, quien descubrió, o mejor, redescubrió, aquel tesoro musical que permanecía en el olvido.

Como otras obras de J.S. Bach, las seis suites para violoncelo fueron tenidas por algunos como tedioso sejercicios para estudiantes. Hasta el feliz momento del hallazgo de Casals, apenas fueron interpretadas y, desde luego, nunca tocadas en serie. Fue el intérprete catalán quien, tras años de profundo estudio de todas las suites, las interpretó en público por vez primera. Entonces asombró a la humanidad con aquella música intemporal y abstracta, severa a la vez que elegante, dulce y honda... Aquella música que había despertado rebosante de vida a un mundo que ya nunca podría olvidarla."
(Juan Montil Goy)

NO todo van a ser libros. Cuelgo esto aquí porque tiene mucho que ver, esta interpretación, con lo que se viene hablando por estos pagos de la literatura. Relaciono la interpretación de Casals con la escritura de Cervantes, Baroja, Galdós. Podéis escuchar interpretaciones más dulces, melodiosas, amables, limpias, brillantes, pero estos almíbares no son sino disfraces que entretienen lo que tiene que decir la música. Resumiendo; que toca de puta madre, no hay mejor interpretación que esta, aunque todo violonchelista se pasa la vida ahora tocando una y otra vez estas suites de Bach y desde Casals ha habido unos cuántos notables. Pero el maestro es el maestro.

Escucharlo casi es aprender a escribir, o desaprender, que casi es mejor.

(Por supuesto os saltáis al franchute...)